Jesús nació para reconciliar la humanidad con Dios el Padre.
Dios es santo y justo. Toda la humanidad se ha desobedecido a Dios y esto se llama, pecado. El castigo del pecado es la muerte. Dios sabiendo que el hombre no se puede pagar por sí mismo este castigo que su pecado merece. Y por eso Él envió su propio hijo, Cristo Jesús para pagar por su muerte este castigo que todos merecemos.
Jesús era ciento por ciento Dios y ciento por ciento hombre. Él era tentado como todos los hombres han sido tentado, pero aún con estas tentaciones él vivía una vida sin pecado. Y porque él vivía sin pecado él era el único calificado para pagar por los pecados de la humanidad. Él obedecía la misión del Dios Padre para venir al mundo y morir en la cruz para pagar el castigo de nuestros pecados. Después de su muerte, él se resucitó de la muerte en el tercer día. Él vivió brevemente en la tierra y después ascendió al cielo. Y desde allá él esta reinando como Rey de Reyes y Señor de Señores.
El evangelio de Juan se revela el porqué del nacimiento de Jesús. En Juan 3:16. Pues Dios amó tanto al mundo que dio a su único Hijo, para que todo el que crea en él no se pierda, sino que tenga vida eterna.” Pues Dios ama a todos. Y él sabiendo que el hombre no puede pagar este castigo que lleva el pecado, entonces envió su Hijo, como un sacrificio perfecto para pagar el castigo por nuestros pecados. Y por eso cuando seguimos a Cristo con todo el corazón, entramos en una relación verdadera con Dios.
Cuando sigue leyendo Juan capítulo tres, aprende que Jesús también es la luz del mundo. Y si ama a la luz, entonces también ama a Dios. Algunos aman a la oscuridad porque sus hechos son malos. Son auto condenados porque escogen a no amar a Jesús.