Jesús enseñaba con autoridad de Dios el Padre que la humanidad podía ser reconciliada a Dios por la vida, y muerte y resurrección de él.
Jesús enseñaba como la humanidad podía vivir una vida que puede agradar a Dios; una vida de justicia delante de Dios y de obediencia a Dios. Jesús enseñaba que cuando pedimos perdón de él, que él nos va a perdonar y que vamos a ser transformados a una persona nueva. Nuestros pecados van a ser perdonados y ya seremos libres. Y entonces podríamos vivir obedeciendo lo que Cristo nos ha mandado. Cristo enseñaba que debemos amar a Dios con todo nuestro ser, y que también debemos amar a nuestro prójimo.
Entramos en una relación buena con Jesús cuando pedimos perdón de él y cuando creemos que él es el Hijo de Dios y cuando vivimos para agradarlo a él. Nuestra fe en Jesús es lo que nos lleva a esta relación correcta con Dios. Nuestra obediencia a sus mandatos es una muestra de lo que Cristo ha hecho a dentro de nuestras vidas.
Jesús enseñaba que podríamos amar a Dios como individuos. Y que podemos mostrar a nuestro amor a Dios a través de amar a los demás. Jesús enseñaba que debemos amar a los demás creyentes. Debemos perdonar, y animar a todos. También debemos amar a todos, aun los que no pertenece a la familia de Dios. Por ejemplo, en Mateo capítulo 5 leímos como debemos amar a los demás. Nos enseñó que aun debemos amar a nuestros enemigos y aquellos que nos persigan. Jesús dijo, 46 Si solo amas a quienes te aman, ¿qué recompensa hay por eso? Hasta los corruptos cobradores de impuestos hacen lo mismo. 47 Si eres amable solo con tus amigos, ¿en qué te diferencias de cualquier otro? Hasta los paganos hacen lo mismo. Mateo 5:46,47 NTV. Cristo quiere que amemos a Dios y a los demás.