Cristo es su salvación mientras está en esta tierra.
Este liberado de una vida egoísta, con odia, y de ser atado por cosas como ansiedad, depresión, temor y otras cosas que quieren controlarnos.
Cuando se dedica su vida a Cristo, usted se hace una criatura nueva. Ya vive por lo que la Biblia dice y no por lo que dice la cultura o religión o su familia. Por ejemplo, aprende de la libertad que viene a través de perdonar los demás. Y no este atado por venganza y odio y amargura. Puede aun pedirle al Señor que él perdone a los que le ha hecho daño. Este le da libertad y alivio, y va a experimentar de paz y gozo.
Cuando pasa por dificultades en la vida, se va a dar cuenta de que Cristo esta con usted. Cuando sigue el ejemplo de él, y las enseñanzas de él, va a encontrar verdadera libertad. Va a aprender cómo manejar los asuntos de la vida en una manera justa que honra a Dios.
Esta libre de lo que el mundo le ofrece porque Cristo nos enseñó de que esta tierra no es nuestro hogar. Cuando morimos, sabemos que nuestra fe en Cristo va a dejar que vamos a estar con Dios en el cielo por la eternidad. Nuestro hogar verdadero es el cielo. Y nuestro tiempo aquí en la tierra es temporal.
Cuando entendemos de que el cielo es nuestro hogar, aprendemos que lo mejor que podemos hacer es vivir una vida que honra a Cristo. Amamos a Dios y a los demás. Y aprendemos que podríamos estar contentos en cual quiera circunstancia. Podríamos estar contentos con o sin plata. Podríamos estar contentos con o sin salud. Y es porque nuestro contentamiento no depende de las circunstancias sino depende de nuestra relación con Cristo.